Los invernaderos son capaces de cultivar variedades vegetales que, en condiciones normales, no se desarrollarían en esa zona a causa de las inclemencias meteorológicas y, especialmente, de las temperaturas diurnas
excesivamente frías.
Ante las temperaturas nocturnas, que pueden incluir heladas letales para las plantas, el sistema clásico de invernadero se muestra inoperante a no ser que cuente con medios auxiliares de calefacción que suponen unos gastos energéticos no siempre asumibles por la producción obtenida.
Además, el invernadero produce una elevación de la temperatura del aire que rodea la plantación pero, escasamente, tiene influencia sobre el sistema radicular de las plantas.
El sistema solar-geotérmico propuesto tiene como objetivo solucionar de una forma sencilla y con mínimos gastos energéticos el problema de las heladas nocturnas y suministrar calor a la zona radicular de la planta. La energía sobrante se puede utilizar para desinfectar térmicamente el suelo, secado de biomasa y otros usos.